¿Por qué perdemos la capacidad de escuchar bien?
En Colombia la
pérdida de la capacidad auditiva conocida como hipoacusia, es una de las causas
principales de consulta en los servicios de audiología y otorrinolaringología,
conforme al Ministerio de Salud y Seguridad Social en el documento “todos somos
oídos” (febrero 24 de 2017) define la capacidad auditiva que tiene el ser
humano con interdependencia absoluta a la facultad de comunicar; es por esto,
que en la medida que la persona no escucha bien va perdiendo las habilidades para
interpretar lo que escucha, hay necesidad que le repitan, y dependiendo del
grado de pérdida auditiva definida clínicamente como hipoacusia, van
disminuyendo las destrezas para “entender” y relacionarse con otras personas.
En nuestro país, una de las principales causas son los procesos de envejecimiento conocido como presbiacusia; así, como los demás órganos de los sentidos se van deteriorando con el paso del tiempo, la audición también gradualmente va disminuyendo; por esta razón, como nos adaptamos a usar unas gafas, debemos crear conciencia que el uso de audífonos nos ayudará notablemente a mejorar la calidad de vida en los diferentes entornos: familiar, laboral y personal.
Otra
causa de la pérdida auditiva a nivel nacional está relacionada con los factores
biológicos; que los podemos agrupar por factores de riesgo.
Biológicos: Hereditarios (es decir, que alguna familiar
tenía hipoacusia, principalmente madre, padre y abuelos), congénitos (que nace
la persona con el déficit), y adquiridos (por alguna causa externa o enfermedad
queda como consecuencia la pérdida auditiva)
Ambientales: Exposición a ruido, contaminación sonora y agentes tóxicos.
Comportamentales: Malos hábitos como introducir objetos en los oídos,
escuchar a alto volumen, ser fuente generadora de ruido, entre otros.
Atención de salud: Disponibilidad de servicios de salud, de asistencia
otológica y audiológica, y de detección temprana insuficiente.
Sociales-culturales: Modos, condiciones, estilos de vida asociados de
los determinantes sociales de la salud y pobre acceso a la información.
Económicos: Condiciones de pobreza, inequidad en el acceso a servicios,
educación y trabajo, bajos ingreso y condiciones de vida precarias.
Interacción: Biológicos asociados con otros como el stress, tabaco,
alcohol y enfermedades crónicas, no transmisibles
Además, se determinó en el estudio realizado en 2017 en el territorio
nacional que las principales causas de la disminución auditiva son:
- Enfermedades infecciosas y crónicas del oído.
- Enfermedades infecciosas de la infancia como la rubéola, sarampión, parotiditis, meningitis y toxoplasmosis, entre otras.
- Bajo peso al nacer, incompatibilidad sanguínea, hipoxia neonatal, sufrimiento fetal agudo.
- Traumas craneoencefálicos y de oído.
- Exposición a ruidos excesivos y contaminación sonora.
- Uso de sustancias y medicamentos ototóxicos (que perjudican la audición).
- Presbiacusia (pérdida auditiva durante el envejecimiento)
- Cerumen impactado o encajamiento de cuerpos extraños.
- Dolor de oído.
- Olores desagradables que provengan de las orejas o líquidos que salgan de ella.
- Sentir frecuentemente que “escucha, pero no entiende”.
- Perder fácilmente el equilibrio acompañado con pitos en los oídos, haciendo que no escuche bien.
- Constantemente sentir el oído tapado, como cuando salimos de viaje.
- En los niños sino reaccionan a los sonidos fuertes y también si usan pocas palabras para hablar.
- Pedir frecuentemente a las personas, que hablen lento y fuerte con necesidad de repetir las palabras.
- Necesidad de aumentar el volumen al televisor, la radio, al teléfono, al equipo de sonido, entre otros; para poder escuchar bien.
- Los sonidos de volumen muy bajo son difíciles de escuchar al igual que a las personas con timbres de voz aguda.
- En medios con mucho ruido, la persona no es capaz de comprender que le están hablando.
- Utilizar remedios caseros para los dolores y líquidos que salgan del oído como: leche materna, perfume, colocar un secador de cabello cerca de la oreja, aceite de oliva, agua oxigenada y gotas de jengibre entre otros.
- Escuchar música con audífonos que van dentro de la oreja durante la gran mayoría del día.
- Escuchar música a alto volumen de forma muy constante.
- Estar expuesto a contaminación acústica durante gran parte del día sin protección auditiva, por ejemplo, al tráfico vehicular o en entornos de trabajo donde las herramientas o insumos que se utilizan producen mucho ruido.
- Inadecuada limpieza del oído, con ganchos, palillos de madera, rascarse con las llaves, uso excesivo de copitos que usualmente ocasionan tapones de cerumen, irritan la piel de la parte interna de la oreja y también, pueden llegar a romper la membrana del tímpano.
- Descuido de la salud auditiva, cuando sienta que algo no va bien con su audición y equilibrio, no espere a que las cosas por sí solas se solucionen, consulta inmediatamente y no se automedique.
- Uso excesivo de medicamentos; cuando un medicamento en determinada situación resolvió una enfermedad del oído, no debemos seguir utilizándolo indefinidamente con la finalidad que la enfermedad no vuelva a presentarse; tenga en cuenta, que los medicamentos tienen un uso determinado en cuanto a dosificación y tiempo; y en lugar de ayudar a prevenir puede ocasionar daños irreversibles en su audición o en otros sistemas.
- Fumar y beber exageradamente; el cigarrillo afecta directamente el flujo sanguíneo de las arterias que transportan el oxígeno al oído; al fumar el oído recibe menos flujo de sangre y deja de funcionar correctamente. Cuando la persona bebe en exceso porque intoxica el oído provocando que mueran unas células encargadas de la amplificación y discriminación de los sonido.
- En los niños utilizar la música para reforzar la ubicación del sonido, estimular la sonrisa, entre otros.
- Leer cuentos o historias en personas adultas mayores para estimular la memoria auditiva y reforzar la imaginación y predicción.
- Incentivar a la persona a que se concentre de tal forma, que solo haya que decir las frases, oraciones, discurso, etc.… una sola vez.
- Acostumbrarse a escuchar los medios tecnológicos como celulares, tablets, computador, televisor, parlantes, al mismo volumen.
- Incorporar en las rutinas semanales espacios para el silencio, esto permite generar un descanso auditivo que, a su vez crea un descanso para la mente.
Es por estas razones, que debemos crear conciencia y enfocarnos hacia la
prevención; como reza el viejo refrán “es mejor prevenir que lamentar” por esto
lo invitamos a que regularmente preste atención a los signos de alarma en la
audición como:
Dentro de estos comportamientos preventivos, es también muy importante evitar
ciertas acciones como:
Finalmente, es
fundamental que no olvide que el sentido de la audición es tan importante como
cualquiera de los otros sistemas, que está en sus manos prevenir e intervenir a
tiempo cualquier tipo de alteración que se pueda presentar.
Desde la Clínica Orlant lo invitamos a consultar a nuestros
servicios de otorrinolaringología y audiología para resolver cualquier
inquietud, a comprometerse con la salud auditiva, a no dejar que el cerebro
olvide como se escuchan ciertos sonidos, lo cual contribuye al aislamiento social
sin importar la edad y constituye un alto factor de riesgo en la demencia;
desde los hogares se puede estimular la audición que va de la mano del aspecto
comunicativo.
La gran conclusión,
es no esperar a que la situación auditiva empeore, a que las enfermedades se
resuelvan por sí solas, a no automedicarse o implementar medidas caseras; que
existen acciones que previenen, estimulan y ayudan tempranamente a conservar la
audición. El sistema auditivo se
articula con los demás sistemas, todos vitales para que nuestro cuerpo y mente
funcionen de la mejor manera y garanticen nuestra calidad de vida y que desde
nuestra clínica estamos dispuestos a acompañarlo en cada uno de estos procesos.
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